
El protagonismo absoluto se lo lleva la interacción del público con las obras: nada más maravilloso que ver las reacciones de la gente tocando, observando, participando activamente, aún sin tener idea sobre arte, filosofía, contextos. La entrada a la bienal es libre y gratuita y se convierte en paseo obligado para familias enteras, estudiantes, grupos de adolescentes, que no dudan en pasar la tarde completa recorriendo instalaciones y mirando videos. Eso es lo genial del arte contemporáneo, ya no es un arte solo para mirar, si no que es participativo, es fundamental involucrarse, con el cuerpo y con la mente, la obra nos obliga a entrar y no ser meros espectadores. La gente se conmueve, se inquieta, comenta, se rie, porque se tocan temas comunes a todos, más alla de nuestras nacionalidades, realidades sociales o intelectuales.
Para la semana próxima les cuento sobre los artistas argentinos, las polémicas, los intentos de censura y lo que más me gustó. Buen fin de semana!
Hola Maru, que linda experiencia...nunca estuve en una bienal, pero sabes que una obra mía estuve en ese Museo expuesto junto a otras por concurso hace ya años, pero fue grato saberlo allí. Te mando un beso, Gloria.
ResponderEliminar¡cuantas cosas bonitas!
ResponderEliminarLLegué desde otro blog en donde comentaste, y me encantó tu blog. Te sigo!!!
Te invito a conocer los mios. Será un placer verte por alli.
Un abrazo!!!
Me ah gsutado el post que decicaste a Migel angel.
ResponderEliminarbuen finde