A propósito de las donaciones a museos

El último post me dejó pensando y me pareció una buena oportunidad para hablar sobre la política de donaciones de los museos. El ICOM (organización que nuclea a los museos de todo el mundo) establece políticas de adquisición claras y precisas, que respondan al perfil de las colecciones y a los objetivos de la institución. Esto causa malestar en artistas vivos o herederos que se acercan muchas veces a un museo a donar obra y son rechazados. Para el donante el rechazo puede resultar antipático pero un museo se define también por las obras que no acepta. Los rechazos son moneda frecuente: por calidad, falta de espacio de exhibición o dudas en la autenticidad u origen de la pieza. Otras veces el donante exige exhibición permanente o lo que ofrece no coincide con el perfil curatorial de la colección. Un museo es un espacio que legitima a un artista y es por esto que a todos les gustaría tener su pieza allí colgada pero hay múltiples motivos para que esto no suceda siempre.
Un caso positivo se da en estos días en el Museo Nacional de Artes Decorativas, que expone las maravillosas piezas donadas a la institución por Juan Carlos Ahumada Seré, tales como sillas francesas del siglo XVIII, porcelana esmaltada de Bernard Palissy y jarros del barroco italiano (ver fotos), todos objetos acordes con la tipología y espíritu del Museo. Si son amantes del mobiliario antiguo y las artes decorativas es una buena oportunidad para darse una vuelta por allí. Y a la salida, por qué no, disfrutar de un té y patisserie en Croque Madame.