Museo Fortabat

En el mes de septiembre se cumplen dos años de la inauguración del museo Colección Fortabat y es muy poca la gente que conoce su existencia. Está ubicado en Puerto Madero, fuera del circuito tradicional de museos de la ciudad, y tiene un bajísimo perfil: cero marketing, no realizan muestras temporarias ni actividades de extensión cultural.
El edificio es hiper moderno, diseñado por Viñoly, está construido con la última tecnología y tiene algo fascinante: el techo es una cúpula de vidrio y acero, con un complejo sistema de parasoles móviles que se activan para evitar el sol directo y, por la noches, quedan completamente abiertos Esto sería un capricho de la señora de Fortabat, cuyo deseo sería poder disfrutar de sus obras bajo la luz de las estrellas. Romántica, no?

En cuanto a la colección, la palabra que creo mas amable para describirla es ecléctica. Hay que pensar que Amalita compró las obras siguiendo el criterio de su propio gusto y antojo, y esto da como resultado combinaciones algo...extrañas.

En mi opinión, el conjunto de obras tiene sus altas y bajas. Hay cosas de excelente calidad, como el famoso Turner, comprado en los años 80 en Sothebys (en ese momento la obra más cara del mercado) y que si hoy saliera a la venta no costaría menos de 60 millones de dolares. Pero también nos encontramos con los cuadros de la nieta de la señora, Amalia Amoedo, todo distribuido en una curaduría para discutir. A mi me encantan los Arlequines de Petorutti, que ocupan un lugar central, visibles desde el balcón del primer subsuelo y no hay que dejar de ver la frutilla del postre, El Censo de Belén, de Pieter Brueghel.

Aplaudo a Amalita, que ha decidido compartir su colección en un proyecto carísimo, en vez de venderla, repartirla o llevarsela a la tumba. Un ejemplo que deberían seguir otros grandes coleccionistas en nuestro país. Cuál es el fin de acumular obras de arte y no dejar que nadie las vea?

Para info de horarios visitar la web (solo para eso, no la actualizan). Atención! recordar el tema accesos para no ganar un dolor de cabeza.