viernes, 22 de febrero de 2013

Una historia de amor y performance

Marina Abramovic es conocida por sus performances y acciones registradas para dramatizarse en escenografías de fuerte barroquismo conceptual. El eje de su producción se halla en su propio cuerpo, al que plantea como un territorio para la experimentación y el cambio, soporte de toda su trayectoria artística. Pero no les quiero hablar sobre el trabajo de Marina en solitario, hoy les quiero contar sobre su historia de amor con Ulay.
La primera vez que Ulay vió a Marina fue en 1976 en Amsterdam. Ella estaba desnuda en público y se dibujaba con una cuchilla en el vientre la figura sangrante de una estrella, símbolo comunista. Fue más que un amor a primera vista. Ella era serbia, él alemán. Ambos nacieron un 30 de noviembre de años distintos. Se dedicaban, de alma, al naciente y marginal arte del performance. Se unieron carnal y espiritualmente y decidieron formar una especie de dúo artístico que llamaron “El Otro”. Pocas veces en la historia del arte una relación afectiva entre dos artistas ha dado tantos frutos a nivel creativo. Su complicidad y atracción, así como su excelente sintonía y entendimiento, les hizo crear un núcleo de trabajo centrado en su propia relación como pareja. Juntos pasaron años felices pero dificiles, su arte no les daba casi para comer.
En 1988 realizan una última acción en conjunto, The Lovers, comprometidos íntimamente con lo simbólico y donde aparece la idea de desgaste físico, pero también emocional. Marina y Ulay empezaron en solitario en dos extremos de la Gran Muralla China (él desde el desierto de Gobi, ella desde el Mar Amarillo) una larga caminata de 2.500 kilómetros que los llevaría a encontrarse en el centro. Cuando se encontraron, la pareja consumó su separación. Tras el abrazo final dejaron de verse y hablarse durante 23 años.
Mutuas infidelidades habían precipitado el final y los llevaron por caminos diferentes. Ambos continuaron sus carreras, Marina triunfó, Ulay no tanto.
El año pasado el MOMA presentó una retrospectiva de Marina, The artist is present, a la que asistieron 850.000 personas a lo largo de tres meses. Marina Abramovic pasó 176 horas y 30 minutos (durante todas las jornadas completas en que el museo estuvo abierto al público con su exposición) sentada en silencio en una silla mientras los visitantes, uno a uno, ocupaban la silla de enfrente y le sostenían la mirada durante unos minutos. La gente hizo cola noches enteras, días, para tener esa experiencia. Ella apenas se movía, pero les respondía con una mirada intensa y atenta, con tiempo y silencio. Uno de esos visitantes fue Ulay, después de 23 años después se reencontraron cara a cara.
Les dejo el video de ese momento, si tienen tiempo veanlo hasta el final, simplemente conmovedor.

26 comentarios:

  1. maruuu me mori! me hizo llorar!!!! que se le habra pasado por la cabeza a cada uno.... moria por saber que paso despues y hasta el final estaba esperando que se levanten y se den un abrazo! divina historia! un beso

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  2. impresionante, me voy a llorar al baño un ratito y vuelvo eh?

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  3. Detuvieron el tiempo!!! a pesar de toda esa gente alrededor eran solo ELLOS DOS!!! besot!

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  4. Creo que a él le importó poco el reencuentro.
    Besoss Maru

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  5. Gracias Maru por traernos esto!
    Me encantó.

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  6. Maru, vi el vídeo hasta el final...no se hasta que punto fue un reencuentro sorpresa...y me gustaría saberlo para valorar sus reacciones...
    creo que se les acabo el amor de tanto usarlo...o de usarlo mal...quien sabe...
    y después de tanto tiempo no se si ella llora por el amor perdido o simplemente por el paso del tiempo...el muy alemán...bastante frío desde mi punto de vista...
    pero en cualquier caso una historia interesante la que nos has traído...como todas...
    un abrazo

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  7. Si el encuentro fue sorpresa para ella no me imagino su corazón latiendo a toda mecha. El jugaba con ventaja. Un beso, Ana

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  8. Wow...no me importa si fue armado, performance o qué, sí es evidente que fue genuino como el arte mismo. La emoción de ella, la ternura en la mirada de él!!! Wow, Gracias por traernos esta historia.
    Beso

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  9. Wow Maru, lo acabamos de ver, súper emocionante ....nos encantó! Gracias

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  10. No pude ver el video porque estoy en el laburo pero la historia me dio piel de gallina. Tus historias son geniales, no me alcanzo de repetirlo

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  11. Vaya historia! Y tan trágica también... como Ana, pensé que al final se darían un abrazo o algo más... en fin.

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  12. La cara de Marina es espectacular.
    Para ser sincera, este tipo de arte no me gusta, pero la historia es interesantisima!!
    Gracias Maru por siempre mostrar cosas tan variadas e interesantes!!!
    Besotes.
    Mechi

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  13. Que historia tan apasionante y tan triste...... :(

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  14. Qué historia tan especial!! no puedo ver el videoooo larga error

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  16. Waw,qué buena historia,Maru!Me quedé con ganas de ver el video...Siempre muy interesante!
    Un beso!

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  17. El otro día en mi trabajo presentaron su documental, yo no la conocía y mira, ahora tu me hablas de ella, que casualidad, verdad?
    Besos

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  18. Varias cosas:

    1- me dieron ganas de aplaudir como a la audiencia
    2- qué buena cara Marina
    3- qué incómodo se escultura humana "al natural" y que te pasen por el medio
    4- re buena idea si no te lo bancás más decirle a marido, vos andá yendo a la muralla y esperame allá....

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  19. Ay nena tremendo. No se si estare muy sensible peor no podia dejar de llorar, no se como Marina se lo banco tan bien. Qué historia!

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  20. Wooooowwww! Que historia, que momento! Gracias por compratirlo!!!!!

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  21. Hola Maru, vengo del blog Ladytacones, y he decidido seguirte, me gusta tu blog.
    A mi también me gusta el arte y... más cosas.
    Muy emocionante este encuentro!!
    Un saludo

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